EN LO AMARGO

A fuerza de deslizamientos de muros y de ramas,

de efímeras nubes separadas,

has encontrado hoy el campo de juego abandonado

por los niños muertos…

Ya estaba salvaje, invadido por hierbas y ofrecido a la última

comprensión, lo que de alguna manera lo volvía

más pequeño y estrecho…

Pero entre las artemisas amargas y las ortigas blancas

reposaba siempre la pelota perdida…

Y había también un botón de nácar…

Y era preciso una luna llena

para hacerlo brillar… No llores…

Vladimír Holan

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